¿Sabes qué es el ayuno intermitente? ¿Has oído hablar de él alguna vez pero no te queda claro del todo? No te preocupes, en este post despejaremos tus dudas.
En principio, se dice que el ayuno intermitente es una medida para bajar de peso pero que no implica cambiar la forma de alimentarse, sino los momentos en los que se hace. Lógicamente, lo ideal es mantener siempre una alimentación saludable, por lo que nuestro consejo es que antes de comenzar cualquier tipo de cambio en tu dieta, consultes con un especialista.
Primera aproximación al ayuno intermitente
El ayuno ha formado parte de las tradiciones humanas desde la prehistoria. De hecho, se menciona en muchos de los libros sagrados del mundo, pero más allá de los motivos espirituales, lo cierto es que el cuerpo humano está adaptado ancestralmente a pasar cierto tiempo sin comer.
Es que en los comienzos de la historia del hombre, este debía salir a cazar y no siempre lo lograba, por lo que en ocasiones pasaba algún tiempo sin comida. Por supuesto, hemos evolucionado, y pasar muchos días sin comer tiene consecuencias graves para la salud. Pero muchos estudios han descubierto que, bien controlado, algunas horas de ayuno pueden ser beneficiosas.
Qué es el ayuno intermitente y cómo funciona
Hechas estas aclaraciones, digamos que el ayuno intermitente es la realización de ciclos regulares de ayuno y alimentación, de forma controlada, para obtener ciertos beneficios. De acuerdo a diferentes estudios, el cuerpo no disminuye su tasa metabólica hasta unas 60 horas después de haber comenzado el ayuno, y en las primeras 48 hasta la aumenta.
Esto también se explica de forma evolutiva: durante las primeras horas sin comida, el cuerpo pone toda su energía a trabajar para intentar conseguirla. Pasado ese tiempo, si no se la logrado, comienza la etapa de letargo y supervivencia: se le da prioridad a las funciones vitales y todo lo demás queda relegado.
Teniendo esto en cuenta, un ayuno controlado puede ayudar a acelerar el metabolismo y a quemar calorías sin demasiado esfuerzo.
Entonces, la gran pregunta es: ¿Cómo se hace?
Hay una forma fácil de practicar el ayuno intermitente y es la siguiente: adelantar la cena y retrasar el desayuno. Las horas de sueño siempre son horas de ayuno. Entonces, si cenamos a las 10 de la noche y desayunamos a las 10 de la mañana, tendremos 12 horas de ayuno, exactamente medio día. Si durante las primeras horas de la mañana, además, hacemos un poco de ejercicio y distintas actividades, estaremos aprovechando al máximo el tiempo.
Básicamente, esa es la principal premisa del ayuno intermitente. Quienes lo llevan un poco más allá adelantan aún más la cena y pasan directamente al almuerzo, por ejemplo, consiguiendo 16 horas de ayuno contra 8 de ingesta. Sin embargo, el desayuno es una de las comidas principales, por lo que para saltearlo deberías consultar con con especialista.
Quienes prueban formas aún más extremas, no comen nada durante un día. Aunque bien hecho terminas comiendo a diario, pero solo una vez al día. Por ejemplo, el día que empieces comes a mediodía con normalidad, pero ya no ingieres nada más hasta la comida del día siguiente. Es decir, evitas la cena del primer día y el desayuno del siguiente.
Esta opción no es recomendable, puesto que es demasiado exigente y puede comenzar a traer problemas para la salud a largo plazo. Además, de acuerdo a expertos no tiene ninguna ventaja por sobre otros tipos de ayuno intermitente.